lunes, 29 de diciembre de 2008

Jacques Bedel APROXIMACIONES


En mi último viaje a Buenos Aires tuve la posibilidad de visitar el Museo Nacional de Bellas Artes. En mi paso por el Pabellón de Exposiciones Temporarias, quedé encantado con la muestra de Jacques Bedel.
Agradezco a la administración del museo que muy gentilmente me brindó la siguiente información:

Del 20/11 al 15/2/09
Museo Nacional de Bellas Artes.
Av. Del Libertador 1473
De martes a viernes de 12.30 a 20.30
Sábados y domingos de 9.30 a 20.30.
Entrada libre y gratuita.


Desde mediados de los años sesenta cuando Jacques Bedel comenzó en el arte, su producción siempre se caracterizó por una mirada de intensa curiosidad. Arquitecto, pintor y escultor, nació en el seno de una familia de intelectuales, rodeado de vastísimas bibliotecas que conservó, enriqueció y estudió, a lo largo de sus más de cuarenta años de trayectoria.
El conocimiento y las formas de acceder a él, sea por la observación o por la información son preocupaciones expresas en su obra. Signado por el momento de intensa experimentación en el que empezó a actuar, Bedel dio, sucesivamente, forma de arte cinético, objetual, conceptual, a sus preocupaciones estéticas y espirituales.
La exposición Aproximaciones presenta obras recientes, donde Bedel explora renovadas posibilidades de un género tradicional como es el paisaje. El paisaje que vemos y aquel que nuestro ojo cultivado reconoce bajo la lente del microscopio. Una bacteria, el mar o el cosmos, son imágenes que surgen de explotar las cualidades expresivas del plástico, un material transparente, etéreo que podemos atravesar con la mirada o reflejarnos en él. El eterno juego de las luces que develan, los brillos que enceguecen, las sombras que confunden.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

EL SHOW DEL AÑO: “Sticky & Sweet Tour”










“Hello Buenos Aires”!!!! Con esta frase comenzaba la presentación de Madonna en Argentina que seleccioné, a pocas semanas de finalizar el año, como el mejor espectáculo del 2008 y que tuve el enorme gusto de presenciarlo.

La emoción se apoderó a cada instante de cada una de las personas que asistieron a ver a Madonna en sus diferentes presentaciones.
Un público masivo que redondeó las 280.000 en sus 4 noches, de todas las edades, géneros y lugares del país y también países vecinos.
La Reina del Pop nos dejó un show inolvidable en su paso por Argentina. Siempre apoyada en los bailarines, la gran puesta de luces y las imágenes proyectadas en las pantallas gigantes que funcionaron como escenografía, con un gran despliegue tecnológico jamás visto en nuestro país.
La diva ofreció un repertorio que combinó temas nuevos con grandes éxitos, como "Vogue" y "Like a Prayer". El público de siempre también se entusiasmó con "Borderline", "Hang Up" y "La Isla Bonita", mientras que otro grupo de fans, en su mayoría jóvenes, saltó y gritó al compás de "Music" y de "Give It 2 Me", una de las canciones más pegadizas del nuevo CD, estrenado en abril pasado.
Vestida de negro, la cantante ítalo estadounidense brindó un show a pura adrenalina, en un escenario enorme, de 83 metros de ancho por 42 de largo y situado a 2,5 metros de altura.
Esta es la tercera visita oficial de Madonna a la Argentina, ya que anteriormente lo hizo con su gira del "Girlie Tour", en 1993, cuando brindó dos recitales también en el Monumental, y luego en 1995, cuando filmó el musical Evita, dirigido por el británico Alan Parker.
Madonna dejó en claro que puede ser una artista de gran mérito como su propio mito, al realizar una rutina impecable al punto de finalizar su show, sin repeticiones, con un claro Game Over proyectado en unas de las pantallas principales de cristal líquido, ubicada en el centro del escenario, dejando más que conforme a todos sus seguidores.

lunes, 1 de diciembre de 2008

(LA PISCINA) (Swimming pool)


CALIFICACIÓN: MUY BUENA

Dirección: François Ozon.

Países: Francia y Reino Unido

Año: 2003.

Duración: 102 min.

Interpretación: Charlotte Rampling (Sarah Morton), Ludivine Sagnier (Julie), Charles Dance (John Bosload), Marc Fayolle (Marcel), Jean-Marie Lamour (Franck), Mireille Mossé (Hija de Marcel), Lauren Farrow (Julia), Sebastian Harcombe (Terry).

Guión: François Ozon y Emmanuèle Bernheim.

Producción: Olivier Delbosc y Marc Missonier.

Les recomiendo esta película para los amantes del cine francés y para aquellos que no lo son se pueden sorprender también. Se puede conseguir en DVD.
Aquí François Ozon sigue perfeccionando su estilo cinematográfico y ofreciéndonos momentos de buen cine en películas que, nos hablan con un lenguaje excéntrico, con una sensibilidad incomparable y nos devuelven el placer del cine que nos moviliza, nos hace pensar y nos deja con la sensación de replantearnos una y otra vez las diferentes instancias de la narrativa del film.
El director francés vuelve al terreno del suspenso con una piscina, dos mujeres y un molesto cadáver como elementos principales. Sarah Morton (Charlotte Rampling), escritora inglesa de novelas policíacas de gran éxito, viaja a Francia, a Lubéron, a la casa de su editor para descansar y escribir su próximo libro. Pero una noche, Julie (Ludivine Sagnier), la hija francesa de su editor, se presenta en casa y rompe con la tranquilidad de la novelista.
Situada en una casa de veraneo, Ozon nos pone en escena a un dúo que hace la combinación perfecta y los ingredientes necesarios para la película: Charlotte Rampling, quien en toda la plenitud de su experiencia sigue gozando de una presencia impresionante, una profesionalidad maestra y un cuerpo admirable, y Ludivine Sagnier, joven, hermosa, dando sus primeros pasos en la actuación, seduciendo en todo momento. De esta forma explora los recónditos mundos del espíritu femenino y establece un juego de reflejos y paralelismos, de proyecciones e influencias.
La historia irá evolucionando desembocando en el thriller psicológico. El uso de la ambigüedad se demuestra en cada momento y resignifica cada escena. Con un ritmo pausado, la película avanza con solidez demostrando elegancia y suspenso a la vez. La aparición de un final abierto le da la posibilidad al espectador de darle varias interpretaciones. Nada es lo que era.